Aquest és l’article que vaig publicar diumenge passat al diari “El Mundo“
Son tiempos de cambios.
Estoy convencida de que Núria de Gispert será una magnífica presidenta. Su calidad personal y humana, su humanismo militante, su dilatada trayectoria política así lo avalan y en su discurso inicial ya dio muestras de las prioridades de su mandato: diálogo, un Parlament abierto a todos, de todos y para todos, y austeridad. Una austeridad tanto más imprescindible cuanto en momentos de crisis económica, nuestra sociedad no entendería ni despilfarros ni comportamientos ostentosos.
La semana que mañana empieza debe deparar además la sesión de investidura que proclamará, en primera o segunda votación, a Artur Mas como nuevo presidente de la Generalitat. La amplia confianza que los catalanes han depositado en CiU permitirá formar un gobierno fuerte y cohesionado dos características que han brillado por su ausencia en la etapa del tripartito.
El mandato de los electores ha sido claro y en CiU sabemos que el cambio reclamado por los electores pasa por priorizar de manera absoluta la lucha contra la crisis. A ello nos hemos comprometido y a ello dedicaremos los principales esfuerzos del futuro Govern. Necesitaremos la corresponsabilidad de toda la sociedad. En las actuales circunstancias, necesitamos algo más que una mejor y más eficiente gestión política para sacar el país adelante.
Nos comprometemos a ayudar a los emprendedores, a la pequeña y mediana empresa, a los trabajadores autónomos… Estamos convencidos que es la única medida efectiva para la creación de riqueza y de trabajo. Hay que dejar de sangrar su maltrecha economía muy acentuada por la crisis. Hay que erradicar la morosidad de la Administración y hay que facilitar incentivos para que la creación de puestos de trabajo no penalice a nuestras empresas.
Sabemos que deberemos afrontar también una batería de medidas para que las políticas sociales permitan ayudar a los más desfavorecidos. Alarma el crecimiento de la bolsa de pobreza en la sociedad. Debemos prestar una mayor atención a quienes de repente se han visto expulsados del mercado de trabajo, sabiendo que los recursos disponibles serán escasos, muy escasos.
No todo lo podrá solucionar la Administración. La sociedad debe ser consciente de que sólo podremos levantar Catalunya entre todos y que cada esfuerzo individual es necesario para devolver a nuestro país al liderazgo perdido en los últimos siete años. No será una tarea fácil, ni rápida, pero estamos convencidos del éxito porque creemos en la capacidad de las personas, de nuestra sociedad. Hay que dejar más libertad a nuestros emprendedores y olvidarse de la intervención excesiva del gobierno en todos los ámbitos. Este abuso intervencionista ha provocado situaciones absurdas y castrado no pocas iniciativas. El resultado es una sociedad más encorsetada, menos competitiva, menos libre y por ello menos entusiasta. La libertad también pasa por una menor intervención de la aAministración. Estoy convencida de que entre todos lograremos la Catalunya mejor que deseamos y que podemos construir para las futuras generaciones.
La novena legislatura ha empezado con un mensaje de esperanza y de fe en nuestras posibilidades. Ahora sólo cabe esperar la investidura del nuevo presidente para que forme el gobierno de los mejores, que afronte los difíciles retos que tenemos por delante. Hasta entonces, sólo me queda desearles una Feliz Navidad y que el año 2011 venga cargados de éxitos, de ilusión y de esperanza. Nosotros, haremos cuanto esté en nuestras manos para que así sea.
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